La psicología del color en las aulas

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09 de marzo del 2024

Según diversos estudios, el color tiene un gran impacto en las personas pudiendo incluso llegar cambiar la percepción de un estímulo externo.

Desde que sabemos que la psicología del color es algo real y su efecto es algo demostrado, se ha estado implementando constantemente en la cartelería de establecimientos, logotipos, interiores de establecimientos e incluso en espacios particulares como viviendas, con la intención de generar estímulos concretos en los espectadores.

La psicología del color en las aulas

Por eso los colores de las paredes de un aula pueden hacer mucho más que solo decorar; pueden influir en la atención y concentración de los estudiantes. Es fascinante cómo el entorno físico, especialmente el color, juega un papel crucial en el rendimiento académico, el bienestar emocional y la capacidad de mantener la concentración.



¿Cómo Influyen los Colores en el Aprendizaje?

La psicología detrás de los colores en el aprendizaje es clara: cada tono puede evocar distintas respuestas emocionales y cognitivas que impactan directamente en la eficacia educativa.

Implementar la psicología del color en las aulas no se trata solo de pintar paredes; es un enfoque estratégico que considera cómo los colores pueden modificar la atmósfera de un espacio para maximizar el potencial de aprendizaje. Al elegir los colores adecuados, no solo en las paredes sino en el mobiliario escolar en general, los educadores pueden crear un entorno más propicio para la enseñanza y el aprendizaje, donde los estudiantes no solo se sientan más cómodos y menos estresados, sino también más comprometidos y capaces de absorber y retener información de manera más efectiva.



Colores y su Impacto Psicológico en las Aulas

Por ejemplo, tonalidades frías como el azul y el verde son conocidos por sus efectos calmantes y su capacidad para mejorar la concentración y reducir la ansiedad, lo que los hace ideales para ambientes de estudio y aprendizaje.

  • Azul: Si buscas fomentar la productividad y la tranquilidad, el azul es tu aliado. Promueve la calma y estimula la mente, perfecto para tareas que requieren pensamiento profundo o creatividad.
  • Verde: Este color incita la concentración. Estudios muestran que el verde reduce la fatiga visual y ayuda a mantener la atención por más tiempo. Ideal para áreas de estudio intenso o donde la concentración es clave.

Por otro lado, colores cálidos y vibrantes como el amarillo, rojo y el naranja, pueden energizar y estimular la creatividad, aunque su uso debe ser moderado y bien pensado para evitar distracciones.

  • Amarillo: Este tono vibrante es sinónimo de creatividad y energía. Aunque su uso debe ser equilibrado para no sobrecargar, aplicado correctamente puede inspirar y motivar a los estudiantes a pensar fuera de la caja.
  • Rojo: Transmite fuerza y pasión. Es un color energizante, pero un exceso de este tono podría generar cierto sentimiento de intranquilidad o agresividad. Por eso es bueno usarlo conjunto a otros colores que tengan un efecto más calmante.
  • Naranja: Es color que evoca un ambiente dinámico y creativo. Es un tono muy acertado para implantar en salas en las que se haga deporte, se trabaje con música o se fomente la creatividad.

Por último, los colores neutros como el marrón, gris o blanco ayudan a mantener la concentración y brindan una percepción del espacio ordenado, amplio y calmado.

  • Blanco: Un color neutro con numerosos beneficios si se utiliza en centros escolares. Ayuda a evitar distracciones y además mejora la concentración. Este color es ideal para implantarlo en el mobiliario escolar como sillas escolares o pupitres y paredes de salas de lectura, salas de estudio o biblioteca.


Implementando Cambios de Color: Pasos y Consideraciones

Para implementar cambios de color en las aulas de manera efectiva, sigue estos pasos prácticos y ten en cuenta ciertas consideraciones. El objetivo es crear un entorno propicio para el aprendizaje, que apoye la concentración, la creatividad y el bienestar emocional de los estudiantes.

  1. Evalúa el espacio disponible: Antes de elegir los colores, considera el tamaño del aula, la cantidad de luz natural y el tipo de mobiliario presente. Los espacios más pequeños o con poca luz natural pueden beneficiarse de colores claros para dar una sensación de amplitud y luminosidad.
  2. Define el propósito del espacio: El uso del aula determinará en gran medida la paleta de colores a elegir. Por ejemplo, para áreas de lectura o estudio, opta por azules y verdes suaves que favorecen la concentración. Para espacios de creatividad o discusión, incorpora toques de amarillo o naranja que estimulan la mente.
  3. Elige una paleta de colores equilibrada: Combina colores primarios con tonos neutros para evitar la sobrecarga visual. Por ejemplo, si eliges un verde vibrante para una pared de acento, equilíbralo con grises, blancos o maderas en el resto del espacio.
  4. Considera la iluminación: La luz juega un papel crucial en cómo percibimos los colores. Realiza pruebas de color en diferentes momentos del día para ver cómo varía la apariencia con la luz natural y artificial. Esto te ayudará a evitar sorpresas una vez aplicado el color.
  5. Aplica con Moderación: Recuerda que menos, es más. Utiliza colores intensos como acentos en una pared, mobiliario o decoración, manteniendo el equilibrio y la armonía general del espacio.


    1. Siguiendo estos pasos y consideraciones, puedes transformar las aulas en espacios dinámicos y estimulantes que potencien el aprendizaje y bienestar de los estudiantes. La clave está en la planificación y en entender el impacto psicológico de los colores que eliges.

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